martes, 9 de mayo de 2017

Mi PRIMER ANIVERSARIO





 Esta semana me he dado cuenta de que cumplo un año. De bloguera, claro. Lo sé porque dediqué una de mis primeras entradas al día de la madre y a sus circunstancias. Aquí estamos, trescientos sesenta y cinco días más tarde, a vueltas con lo mismo: ser o no ser madre, las dudas, las renuncias, el arrepentimiento, la presión social, la culpa, el tema de la difícil conciliación, qué es para ti la maternidad....

   Yo, que desde que mis hijos superaron la edad de los collares de macarrones y el marcapáginas de hojas secas, no he vuelto a tener regalos, viví ayer una inesperada y algo angustiosa experiencia de amor filial. Desayunando con mis chicos, sufrí un atragantamiento de esos en los que así, a lo tonto, parece que te ahogas sin remedio. Ellos, tan grandes, tan adolescentes, tan despegados de mí, tan...saltaron de sus sillas a intentar ayudarme con bastante empeño, poco acierto y una cara de impotencia absoluta. Joder mamá, qué susto, repitieron varias veces a lo largo del día. Ergo, todavía me quieren, parece. Me recordó que, aunque según crecen, la sensación de que te necesitan se va disipando hasta quedar muy bien disimulada tras sus miradas desafiantes y su aire de autosuficiencia, para mí lo más grande, el mejor descubrimiento de la maternidad, lo más de lo más, no ha sido lo que tú les quieres, sino lo que ellos te quieren a ti. Incluso en estos días, en los que la edad les va haciendo más críticos y que ya no me ven como en esos tiempos añorados en los que a sus ojos era la más guapa, la más lista, la mejor madre del planeta, ahora que muchos días paso a ser la más pesada, la más controladora, la number one en el ranking de madres petardas del mundo mundial, resulta que sí, que dentro de esos corpachones que dosifican los abrazos como si pagaran por ellos, aún les queda una buena ración de amor incondicional.  Ahora bien, espero que la próxima vez que ponga a prueba el afecto de mis hijos sea usando otro método más sencillo, uno  cualquiera que no me lleve al borde de la asfixia,

   Y volviendo a mi aniversario, gracias a los que habéis hecho que mi marcador supere las diez mil visitas, a los que de vez en cuando os pasáis por aquí desde España, Argentina, Chile, Bélgica, México, Francia, Canadá, Estados Unidos, Portugal, Irlanda, Perú, ¡Rusia! Espero seguir teniendo alguna que otra cosa que contar y poder celebrarlo otra vez  dentro de un año, así, como ahora, sin hacer mucho ruido. Y respirando, claro.

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