viernes, 12 de agosto de 2016

PSEUDOCANCIÓN INFANTIL ( ESDRÚJULA).

            LA TARÁNTULA

La tarántula Cósima quería lograr
la fórmula mágica para volar.
Ella vivía en una esquina
pobre y patética de mi desván.

Era algo mística, también lunática
y a todas horas, desde el rincón,
manifestaba, con voz dramática
que ella soñaba con ver el mar

-“Si con mis cálculos de matemáticas
yo consiguiera salir de aquí,
iría hasta México, la Unión Soviética,
hasta la China ó Madagascar”.

 Ella tejía, con fina técnica,
cada centímetro de su sedal,
metros y metros de suave seda
para llegar hasta el ventanal.

-“Quiero una brújula para el viaje
que marque el norte para llegar,
al lugar mítico, al reino fantástico
donde por fin yo pueda volar”.

Los habitantes del desván lúgubre,
moscas, termitas  y algún ratón
pérfidos, crueles y hasta sarcásticos
le contestaban a viva voz:

-“Claro que puedes, pequeña Cósima,
si bien trabajas lo lograrás.
Usa la física y la aritmética
y entonces sí lo conseguirás.

-Trabaja rápido como una máquina,
teje que teje un poco más,
que en pocos días, tu larga tela ,
hasta tu sueño te llevará".

La golondrina, algo neurótica,
volaba en círculos sin descansar
y presumía de ser fantástica ,
la única alada en ese lugar.

-“Querida Cósima, no seas patética,
nunca podrías ser como yo.
No existe magia, ni lugar mítico:
nunca una araña pudo volar.

-No escuches músicas de estos hipócritas,
sus lenguas cínicas te engañarán:
no hay un océano tras la ventana,
al que tú sola puedas llegar".

La tarántula Cósima soltó una lágrima
mientras miraba al ave volar
y suspiraba con aire trágico
al ver su sueño marchar, sin más.

La  golondrina iba tan rígida,
tan envarada que, sin querer,
chocó de bruces con la ventana
y abrió un rectángulo en el cristal.

Se quedó pálida, muda y estática,
en una esquina de mi desván
y a  nuestra Cósima, sobre su seda ,
el viento  nórdico la hizo volar