viernes, 28 de octubre de 2016

RUTINAS. (microcuento)



            Toda una vida incapaz del menor acto violento, envidiando a los que defienden lo suyo con uñas y dientes, viviendo como un ser pusilánime, con la rabia enquistada envenenándome por dentro, escondido en casa delante del televisor, comiendo pizza e imaginando venganzas. Día tras día, refugiándome en la misma rutina. Quién me hubiera dicho que a partir de esta noche, una velada que empezó como todas, esperaría impaciente el momento de enfrentarme a la vecina que pone la lavadora al filo de la medianoche, al cabrón de mi antiguo jefe, a mis queridos compañeros de colegio.

Y se lo dije bien claro: cuatro estaciones, como siempre. Con aceitunas y berenjenas. Como siempre. A las nueve en punto. Como siempre, maldita sea.