jueves, 12 de mayo de 2016

TÚ NO ERES COMO OTRAS MADRES...¿O Sí?

   Hoy me lanzo a la crítica literaria. O pseudocrítica, que para eso esto es un pseudoblog. Ayer terminé el libro de Angelika Schrobsdorff : Tú no eres como otras madres. Se publicó, creo haber visto, en 1992, pero hasta este año no se ha editado la traducción al castellano. Puedo decir que lo empecé el jueves pasado y ayer, martes por la noche, leí con pena la última página. Teniendo en cuenta que ha sido una semana de horarios imposibles de trabajo, puedo decir que, para mí, ha sido una lectura adictiva. Y eso hacía mucho tiempo que no me ocurría.

   No es un libro de ficción, aunque doy por hecho que la autora se habrá tomado alguna licencia. Cuenta la vida de su madre, Else, una judía alemana que nació en Berlín a finales del siglo XIX y que vivió la vida con entusiasmo, pasándose por el forro las convenciones sociales de la época (y de todas las épocas, en realidad: ahora mismo su vida sería de lo más escandalosa).

   Reconstruye la vida de su madre desde el testimonio de amigos, de la correspondencia que conserva, de sus recuerdos como hija menor. A través del texto, asistes como espectador a una época dorada en Berlín, una vida de fiestas, teatros, cabarets... en la que Else decidió tomar un camino solamente tolerado a los hombres y llevarlo hasta sus últimas consecuencias: librarse de formulismos morales y lanzarse al amor, a la seducción en libertá, a atreverse a convivir con más de un hombre a la vez, a tener un hijo con cada hombre que amase de verdad (tres en total), a querer a esos niños por encima de todo y a disfrutar de todo lo que la vida le pusiera delante.

   Describe muy bien la ingenuidad con la que observan el avance de Hitler y el acoso a los judíos en los primeros años, sin aceptar que esa locura pudiera contagiarse a todo el país, prolongando hasta el límite esa forma de vida cómoda y despreocupada.  Visto desde ahora, desde el conocimiento de todo lo que vino después, cuesta creer que ignoraran los avisos y conservaran su cuento de hadas durante tanto tiempo. Luego el exilio, el desgarro de la separación de la familia, el hambre, el frío, la vuelta a un Berlín de posguerra, la muerte...Y en medio de todas estas terribles circunstancias, la observación de cómo el afán de supervivencia y el miedo convierte a algunos en necios, cobardes, falsos y traidores y a otros en personas valientes y generosas.

   A pesar de todo esto, ella vive una maternidad muy convencional, esa en la que todas nos reconocemos: amor, entrega, miedo atroz a la enfermedad de sus hijos, preocupación por su futuro, necesidad de saberlos a salvo, de olerlos y tocarlos...y esa puñetera culpa que siempre acaba apareciendo, que permanece ahí, agazapada, presta  a asomar la cabeza en cualquier momento.
 
   Mujer libre, valiente, transgresora, caprichosa, decidida, entusiasta, vividora...y una madre que sí es como otras madres. Hay que leerlo.


   

martes, 10 de mayo de 2016

NO ES PA'TANTO




   Esos días en los que me pueden los problemas, me pesan tanto que me parece una carga insoportable, esos días en los que me siento tan y tan desgraciada por el desajuste de mi cotidianidad, porque cada jornada parece un rally lleno de obstáculos, esos días es cuando, en un momento de lucidez temo que, como siga así,  va a venir la versión más puta y cañera de la vida y, cual madre de antaño, me va a gritar a la oreja ¡te voy a dar yo motivos pa'que llores por algo! 



LOS AFECTOS

   Ayer asistí a la presentación de un libro. Un libro bueno, escrito con maestría, un libro emocionante y demoledor, que te lleva a ver la historia desde el lado de los vencidos, pero también de los vencedores, que te obliga a reflexionar sobre quién tiene la responsabilidad en los hechos atroces de la historia, y quizá también en los del día a día, a pensar en los que toman partido como  brazo ejecutor y en los que dejan, o dejamos, que lo terrible ocurra cerrando los ojos o mirando hacia otro lado. Pero no quiero hacer una crítica del libro, de esas ya hay varias, elaboradas por gente mucho más sesuda y profesional que yo. Asistí, digo, por admiración hacia el escritor, pero también por afecto, y esa sensación sí que es nueva en mi larga vida de lectora aficionada. La primera vez que comparto con el autor un pasado, olores, calles recorridas, aulas de colegio, recuerdos de gente que ya no está...comparto afectos. y esos no tienen fecha de caducidad. En este caso, y en otros, compruebo que, aceptando que la vida nos empuja a cada uno a conquistar espacios nuevos y a abandonar los que nos vieron crecer, los afectos permanecen y despiertan de su letargo en cuanto los alimentamos un poquito. Y me gusta ver en qué persona sensata, culta y tranquila se ha convertido, transmitiendo cordura y normalidad cargada de brillantez sin impostación, mostrando un bagaje lector envidiable, desde la idea del placer y el disfrute, no de la vanidad. Una persona interesante de verdad. Estuvo bien volver a verlo.